
El cineasta que existe en Gregory Crewdson
Elegía de la sombra
Escenas imaginarias, momentos congelados, imágenes narrativas elaboradas de forma magistral por un artista fascinado por la condición poética del crepúsculo y su poder de convertir lo ordinario en sobrenatural. Gregory Crewdson trabaja de una forma inusual para un fotógrafo, más bien se diría que utiliza los mecanismos de un cineasta. Dirige todo un equipo entre los que se encuentran decoradores, iluminadores, maquilladores, modelos-actores… como si rodara una película, cuando lo que va a realizar es una única fotografía; utiliza una cámara de gran formato como si se tratara de la gran superproducción de un estudio cinematográfico, actuando más como un director de cine que como un artista de la imagen fotográfica, pendiente de que todo esté en orden para que la pieza resultante sea tal y como la ha imaginado; después de colocar la cámara en el lugar que ha decido y determinar el encuadre, se desentiende de dispararla. Atento a sus indicaciones, es uno de sus colaboradores quien aprieta el obturador, el fotógrafo Daniel Karp, utilizando placas de gran formato, nunca emplea herramientas de retoque, tan habituales en nuestros días. Realiza imágenes de escalofriante belleza, planificadas a partir de story boards, dignas de películas de ciencia ficción. Todo un ejercicio de producción con recursos ilimitados.
Me interesan las limitaciones de la fotografía por su capacidad de presentar una imagen absolutamente única donde no conocemos lo que ha sucedido antes ni lo que va a acontecer después. Esta limitación es la fuerza de la narración. Así, el espectador puede incorporar su propia historia.
Gregory Crewdson nace en Park Slope, Brooklin (Nueva York) en 1962. Estudia fotografía en SUNY, Universidad del Estado de Nueva York. Diplomado en Bellas Artes, a mediados de los ochenta, por la Universidad de Yale, donde ejerce en la actualidad como profesor. Cuando tenía diez años, su padre, un renombrado psicoanalista, interesado en el arte, le llevó al MOMA a ver una exposición de Diane Arbus. Esta temprana experiencia con el mundo del arte influyó en él, estimulando la idea de convertirse en fotógrafo. El propio Crewdson recuerda haber escuchado a través de la pared contigua al despacho de su padre, mientras este pasaba consulta. El resultado de estas experiencias forma parte de la consecuencia de crear el mundo que interpreta en sus imágenes.
A primera vista, estas imágenes pueden ser apreciadas sin mucho esfuerzo pero si nos adentramos en ellas comprobaremos que están compuestas de varias capas. La composición guarda en su encuadre las pistas que nos conducen a su verdad.
Pepe Calvo/2018
Editor de Hünter Art Magazine